LA CULTURA DEL DISEÑO
Tank, Trinity, Juste un Clou, Santos de Cartier, Love, Panthère o Ballon Bleu, reconocibles al instante, estas colecciones se basan en cuatro grandes principios de creación: la pureza de la línea, la precisión de la forma, la exactitud de las proporciones y los detalles preciosos.
LA PUREZA DE LA LÍNEA…
Es el deseo de Cartier de llevar el objeto a su expresión más depurada: la estructura. De una lectura inmediata y comprensible a primera vista. Obsesión: la búsqueda de la sencillez dicta características reconocibles a primera vista. Esto requiere un altísimo grado de savoir-faire.
LOS DETALLES PRECIOSOS…
Es la intuición estilística de un joyero que reconoce la belleza en donde quiera que se encuentre y se atreve a mostrar lo que otros ocultan. Los detalles deben tener sentido, no entran en la decoración de manera gratuita o artificial. Se trata de piezas valiosas, y Cartier desea resaltar su valor.
LA EXACTITUD DE LAS PROPORCIONES…
Es el equilibrio entre la línea y la forma, el volumen y la armonía del diseño. La precisión se mide en la manera de lucirla, como un atuendo. Es entonces cuando la proporción cobra sentido, pues determina la elegancia del objeto que se inscribe con naturalidad en su contexto. Una exactitud original permite a Cartier adaptar las proporciones de las piezas según las tendencias de la época pero sin distorsionarlas.
LA PRECISIÓN DE LA FORMA…
Es sobre todo su exploración. ¿Qué se puede crear con un cuadrado? ¿Con un círculo, un óvalo o un rectángulo? Cartier piensa como diseñador, midiendo los efectos de simetría, paralelismo o asimetría que ofrece cada forma. Añadiendo perspectiva, creando profundidad y apelando a la curva de las piezas, la Maison busca dotarlas de movimiento y reinventarlas en una nueva forma.
OBJETOS ATEMPORALES
Esta inteligencia del diseño sitúa los objetos en su tiempo y en el futuro. Contemporáneos, aunque vintage para algunos, estos diseños resisten la prueba del tiempo: clásicos, eternos, esenciales.